A día de hoy mucha gente está catalogando a Joker: Folie à Deux como una de las peores películas del año, sin embargo, luego de verla puedo afirmar que no es tan mala como dicen, y aunque es evidente que no competirá en la temporada de premios, sí tiene uno que otro punto rescatable.
Esta secuela, protagonizada nuevamente por Joaquin Phoenix, es considerada a día de hoy como un desperdicio y como algo totalmente innecesario, sin embargo, Todd Phillips, director de ambas entregas, sigue defendiendo su versión de que la historia siempre estuvo pensada para terminar así.
Estas son las razones por las que Joker 2 no es tan mala como dicen
El trabajo de Lady Gaga como Harley Quinn es para enmarcar

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Si bien es cierto que Joker: Folie à Deux está siendo muy criticada por la gente, algo que no podemos negar es que la actuación de Lady Gaga como Harley Quinn sí es digna de competir en la temporada de premios, principalmente porque su personaje transmite muchas emociones y genera un ambiente de tensión y misterio.
Aunque es cierto que no aparece mucho, cada momento que está en pantalla es épico, perturbador y emocionante, tanto que incluso llega a robarse el show.
A nivel estético es una película muy bien construida

Uno de los elementos más destacados de Joker 2 es que, a nivel estético, es una absoluta obra maestra, pues cada que Arthur y Lee cantan, el mundo a su alrededor se transforma y se hace más bonito (al menos a su manera).
Sumado a lo anterior, el tema de los vestuarios también es maravilloso, y aunque esto muchas veces no se valora, en esta ocasión tiene mucha importancia, principalmente porque es el modo de distinguir lo que realmente ocurre de lo que está en la cabeza del protagonista.
Tiene algunos momentos inesperados que generan emoción

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Si bien es cierto que a día de hoy la película ha sido criticada porque es bastante predecible a partir de los primeros 20 minutos, los últimos momentos están llenos de tensión y generan una emoción diferente.
Debido al impacto que tuvo la primera entrega, muchos esperaban que esta secuela de Joker fuera una especie de guerra civil ambientada en Gotham, y aunque no es así, no se le puede juzgar como una mala película si tomamos en cuenta las sorpresas y, sobre todo, las escenas del juicio.