Crítica de Transformers One (2024): ¿Es la chispa que la saga necesitaba?
Josh Cooley le añade fuerzas a los orígenes del universo de Transformers con su dirección magistral.
Hasbro ha trabajado en la franquicia de Transformers desde 1984, comenzando con una serie animada que ayudó a popularizar a los Autobots y Decepticons; el resto es historia. En los últimos dos años no han parado de lanzar nuevos productos y películas revitalizando el interés en la audiencia.
Regresando a sus orígenes de los personajes, el planeta y los diseños, apuestan por una versión animada titulada Transformers One (2024) dirigida por Josh Cooley. Esta película ofrece un descubrimiento de la historia inicial de los icónicos seres metálicos. De este modo, explora la mística amistad que existía entre Optimus Prime y Megatron antes de ser enemigos. ¿No les crea curiosidad conocer más de esto último?
El origen de una rivalidad legendaria
La obra cinematográfica se sitúa en Cybertron—lo que significa que no hay arcos de personajes humanos—y cuenta la historia de dos amigos, Orion Pax (Optimus Prime) y D-16 (Megatron), quienes son grandes admiradores de los Primes y trabajan como obreros en una mina del planeta.
Ambos tienen sus sueños y objetivos, mostrando un lado de empatía. Es interesante ver sus inicios como jóvenes, su progreso a lo largo de la trama y el contraste en personalidades.
Transformers One no solo se enfoca en las interacciones entre amigos; también nos permite explorar la sociedad de Cybertron: sus medios de transporte, sus numerosos habitantes, su forma de descansar, nuevos enemigos y la manera a simple vista de que es un ambiente próspero—un aspecto que no vimos en live-action por establecer sus historias en la Tierra y que ahora podemos apreciar en un formato animado.
Ah, y también hay apreciación a sus antepasados de su hogar, así como la lucha de clases sociales y cómo ser tú mismo.
Honestamente, en los primeros minutos parece este tipo de películas que fácilmente se estrenaría en Netflix u otra plataforma de streaming, pero al final del día termina sorprendiendo. Tiene un ritmo y narrativas que podría hacerte pensar que ya lo habías visto en otros proyectos. Además, al pensar que si conoces el futuro de Cybertron no es tan impactante, esto resulta ser una falacia.
Lo audiovisual está hecho con amor
En Transformers One no sabes si lo que estás viendo es real o CGI, especialmente en la iluminación de los metales de los Transformers, detalle que le suma mucho a la experiencia.
Además de esto, encontré que a veces la fluidez de la animación era rara, pero apenas obstaculiza tener una experiencia visceral. De igual manera, la película cuenta con planos preciosos que capturan la grandeza de la superficie y el planeta.
La acción comienza a buen nivel y se intensifica cada vez más: energética, explosiva y divertida. Es lo único que mencionaré de este aspecto, ya hay un momento en la narrativa donde te olvidarás de todo y solo podrás concentrarte en lo que está sucediendo.
Asimismo, las piezas de la banda sonora durante toda la película son muy buena y refuerzan los sentimientos en las escenas que sea requerido, incluso dándole personalidad al entorno. Es perfecto para una película de Transformers, ya que evoca la esencia de la franquicia.
¿Merece la pena Transformers One?
Seré preciso y conciso, la cinta sí merece completamente la pena; es un panorama distinto que no habíamos visto en las películas anteriores.
Puedo afirmar que entra a la lista de lo mejor en animación de 2024. La obra va dirigida a todas las edades, por lo que, en ese sentido, no tiene ninguna limitación, y si bien esto no suele ser tomado en cuenta por todos, no se debe omitir que la experiencia cinematográfica es maravillosa y que esta nueva etapa para los Transformers luce brillante.
Para finalizar, si se preguntan si Transformer One cuenta con escenas postcréditos, Yael López les cuenta si deben quedarse o no.
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